Recursos Humanos

La importancia del juego en el aula como instrumento socializador

Los seres humanos vivimos en comunidad y esto implica aprender una gran diversidad de pautas y reglas sociales que nos permiten interactuar con los otros. Esto pasa por adquirir valores que se van recibiendo desde el hogar, las personas que forman parte de su entorno y la escuela.

Una de las actividades fundamentales para lograr establecer relaciones sociales sanas es el juego, el cual es considerado la primera vía en que los niños empiezan a interactuar con otros. Por esto, se considera que jugar es imprescindible para que los niños aprendan a socializar.

En este sentido, que un buen plan educativo debe incluir el juego como un instrumento socializador dentro del aula. De esta manera, los niños potencian su capacidad de aprendizaje, mejorar la comunicación con los otros, fortalecen su seguridad e independencia y aprenden a manejar situaciones de conflicto.

¿Qué es la socialización en los niños?

Se refiere al proceso por el cual las personas aprender a formar parte de una comunidad, lo cual ocurre desde sus primeras etapas de desarrollo. De esta manera, se interiorizan tanto conocimientos como hábitos, valores y actitudes, que contribuyen a que puedas convivir en un grupo social.

A medida que los niños y niñas interactúan de manera espontánea con sus semejantes y los adultos, van aceptando distintas pautas sociales. Es un proceso de adaptación en el que se aprende a relacionarse con los otros, a través del conocimiento de que hay actitudes y sentimientos que son distintos a los propios.

La socialización no siempre es sencilla para los niños, particularmente en la edad preescolar, cuando empiezan a interactuar con los otros en un entorno distinto al hogar. Estos llegan al aula con comportamientos, formas de comunicarse y pautas sociales muy diversas, que no siempre se integran desde un primer momento

Esto se evidencia en situaciones como la dificultad de expresar sus opiniones, timidez, agresividad y hasta problemas de lenguaje. Cuando se presentan algunos de estos comportamientos, puede estar relacionado con dificultades para socializar en los niños:

  • Escasa participación al momento de abordar un nuevo tema en el aula.
  • Comportamientos agresivos cuando se realizan actividades en grupo.
  • Poca capacidad para compartir materiales o hacer actividades en conjunto.
  • Irrespeto hacia los compañeros, como por ejemplo, no respetar los turnos de intervención.
  • Problemas para manejar sus emociones y no ser capaces de alejarse del núcleo familiar.

Uno de los papeles fundamentales de la escuela es fomentar las relaciones sociales sanas, basadas en el respeto mutuo y los valores. De esta manera, a que los niños establezcan interacciones más sanas en su vida adulta.

¿Qué es el juego?

Algunos expertos lo definen como una actividad libre y espontánea que llevan a cabo los niños y en la cual aceptan seguir ciertas pautas. Además, es flexible, ya que las condiciones pueden cambiar a fin de disfrutar del proceso del juego y no de sus resultados.

Mediante el juego, los niños comienzan a relacionarse con el entorno que los rodea, con sus semejantes y con los adultos. Es un medio para explorar, aprender y comunicarse con los otros a la vez que se consolidan aspectos de la personalidad, capacidades intelectuales y el establecimiento de las relaciones sociales.

Una parte fundamental del juego es que los niños lo hacen como una forma de disfrute y las reglas que se establecen son definidas por ellos mismos. En este sentido, hay psicólogos infantiles que lo interpretan como un ejercicio que los prepara para cumplir las funciones de un adulto.

Se ha determinado que mediante el juego el niño potencia el aprendizaje, debido a que se vuelve una actividad que lo motiva a aprender y experimentar nuevas cosas. Asimismo, se prueban capacidades y habilidades en una situación que es ficticia, por lo que se elimina en gran medida el miedo al fracaso, afianzando la seguridad personal.

¿Cómo el juego en el aula sirve como instrumento socializador?

Se ha determinado que uno de los papeles más relevantes del juego para los niños, es servir como herramienta para relacionarse con los otros. En muchos casos, esta es la primera vía en que empiezan a entablar relaciones con los adultos así como con sus semejantes.

Por tanto, el juego debe ser considerado una actividad indispensable para lograr el desarrollo integral del niño. Es una vía mediante la cual aprenden a desarrollar capacidades verbales, conductas y valores así como a resolver conflictos, para lograr una convivencia más armónica en la sociedad.

En la escuela se terminan de afianzar los procesos de socialización, mediante las relaciones que se establecen entre pares. Así, los compañeros de clase brindan al niño un grupo donde consigue seguridad y aprende distintos roles y pautas sociales, muchas de las cuales se establecen en el proceso del juego.

Dentro de las actividades diarias que se realizan en el aula, se deben incluir juegos diseñados para estimular una sana socialización. En estas dinámicas se debe favorecer la participación de todos, de manera que se sientan cómodos y las realicen libremente.

Entre algunas de las características que el maestro debe tomar en cuenta, para que el juego se convierta en un instrumento socializador en el aula, están:

Ser inclusivo

Las actividades que se propongan deben ser adecuadas para que participen todos los estudiantes de la clase. No debe existir ningún tipo de limitación por edad, sexo o condición física de los niños, a fin de que se sientan seguros de participar.

Una buena manera de iniciar la socialización mediante juego, es invitando a cantar canciones infantiles populares y muy conocidas. Así, los niños pueden integrarse sin ser el centro de atención y comparten una actividad grupal con sus compañeros que los ayuda a crear lazos de complicidad.

Trabajar la creatividad

Cuando los niños y niñas desarrollan su imaginación y creatividad, tienden a tener mejores relaciones sociales, debido a que aprenden a expresarse mejor. Es una forma de compartir sus ideas, tomar iniciativas, desarrollar habilidades de comunicación y hasta de liderazgo.

Una buena dinámica es sugerir dramatizaciones, en la cual sean los mismos niños los que desarrollen y narren la historia. Además, es ideal que puedan usar disfraces elaborados con su ayuda o diseñados por tiendas especializadas como https://www.juguear.com/, quienes también ofrecen una gran variedad de juguetes educativos que se pueden incorporar en el aula.

Fomentar la sinergia

La socialización tiene que ver con desarrollar pautas de comportamiento que contribuyan a vivir en comunidad. Esto pasa por realizar actividades que requieran la participación del grupo para lograr los mejores resultados y que fomenten la cooperación y el apoyo mutuo.

En este sentido, son ideales aquellos juegos en que los niños tengan que compartir materiales, como talleres de pintura o donde se deban organizar en equipos. Este tipo de dinámicas también será muy útil para que los chicos aprendan a resolver conflictos de una manera respetuosa.

Fortalecer la autoestima

Mediante el juego, los niños y niñas tienen la posibilidad de ejercitar distintas habilidades y capacidades tanto motoras como intelectuales. Esto lo hacen en un contexto en el cual se sienten cómodos, con reglas y pautas establecida por ellos mismos y, por tanto, se reducen la frustración y el miedo a fracasar.

Asimismo, hay juegos que se pueden implementar en el aula para fijar aspectos positivos del niño mediante el reconocimiento del profesor y los compañeros. Por ejemplo, hacer que los participantes digan algo positivo de sus compañeros e irse premiando con pegatinas de estrellas u otras figuras.